Ansiedad, estrés, insomnio, depresión, fibromialgia o artrosis son algunas de las patologías más comunes que se tratan, también con la técnica de sonoterapia
Joan Morales - 04/11/2008 07:44
Más de 30 personas han confiado desde noviembre del año pasado, para intentar acabar con sus males y dolencias, en la unidad de musicoterapia del Centre MQ de Reus (conocido popularmente como la Clínica Fàbregas), dirigida por la musicoterapeuta y sonoterapeuta, Claudia Múrcia. Ansiedad, estrés, insomnio, depresión, fibromialgia, artrosis, dolores de nuca y espalda... Éstas son las principales patologías que se tratan con una técnica que, básicamente, busca mejorar la calidad de vida de las personas.
Claudia Múrcia explica que «se trata de poner en práctica una terapia analgésica contra el dolor. La musicoterapia y la sonoterapia no deben tomarse como sustitutivos de ningún tratamiento médico, pero contribuyen a reducir el dolor y son una herramienta para combatir determinadas patologías».
Múrcia, a pesar de usar ambas técnicas, diferencia entre musicoterapia y sonoterapia. «En la primera se usa la música para mejorar la salud. En cambio, en la segunda utilizo sonidos, bien para ser sólo escuchados o también para aplicarse sobre el cuerpo a través de las vibraciones que producen los diapasones».
Y es que esta lámina de acero en forma de horquilla con pie es una pieza básica en el trabajo de esta musicoterapeuta. Gracias a los diapasones, «el sonido entra en el cuerpo y va a la raíz del problema», comenta Claudia. En definitiva, se trata de una acupuntura sonora, una especie de masaje microcelular. Claudia Múrcia insiste en que «estamos hablando de ciencia pura, porque cada intervalo de sonido tiene su función dentro del cuerpo. Muchas veces estamos desfasados por problemas como el estrés, la ansiedad, etc., y necesitamos un sonido para elevar esta frecuencia, que proporcionan los diapasones».
Endorfinas
La musicoterapia «es tan antigua como el hombre, pues se han encontrado jeroglíficos que decían que a música se escribía igual que salud, y también símbolos de diapasones», comenta esta profesional de esta técnica, quien añade que «está demostrado que con el simple hecho de escuchar música, el cuerpo humano genera endorfinas».
Los pacientes que visitan la unidad de musicoterapia del Centre MQ lo hacen, de media, una vez por semana. No obstante, Claudia Múrcia comenta que «no me gusta marcar a la gente las veces que tiene que venir, aunque lo ideal es hacerlo, preferiblemente, una vez por semana».
De las personas que pasan por la consulta de este centro médico de la capital del Baix Camp, hay quien lo hace directamente porque conoce la técnica a través de otras personas o «derivados por su especialista», asegura su responsable. Respecto a las edades de los pacientes, y en contra de lo que se puedan pensar, no sólo beneficia a las personas adultas. También se utiliza en niños o niñas con problemas, por ejemplo, de autismo.
Fuente:www.diaridetarragona.com
martes, 24 de febrero de 2009
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