viernes, 18 de noviembre de 2011

«La música sucede en todas partes»


Mercedes Pavlicevic, Centro de Musicoterapia Nordoff-Robbins. Londres, Reino Unido
: «La música sucede en todas partes»
Pionera en el aprovechamiento de los recursos musicales con finalidad terapéutica, esta investigadora impartió en abril un seminario sobre musicoterapia comunitaria en la Universitat Ramon Llull (Barcelona). Cuentan los psicoanalistas que la música es una proyección simbólica de contenidos inconscientes del propio yo, pero a Pavlicevic le preocupan más los problemas de la gente que las teorías conceptuales. Subraya que su cometido es básicamente psicosocial. «Quienes más se benefician de la musicoterapia comunitaria son las personas que padecen alguna forma de marginación, bien por el hecho de ser inmigrantes y haber sido educados en otra lengua y otra cultura, bien por padecer algún tipo de enfermedad incapacitante; vengo de África, donde he podido constatar las ventajas que la música ofrece a estas personas», explica.

Autor: Por JORDI MONTANERÚltima actualización: 2 de agosto de 2007Nos invade la fiebre del MP3. ¿Puede un iPod ejercer de musicoterapeuta?

Hablamos de una disciplina científica forjada en la Universidad de Michigan a mediados del siglo pasado y en la que un musicoterapeuta cualificado utiliza la música y sus elementos (ritmo, sonido, melodía o armonía) con objeto de habilitar o rehabilitar capacidades funcionales tanto físicas como, sobre todo, mentales.

A veces, basta con escuchar una canción para estar bien y olvidarse de lo malo...

Es un efecto de la música, pero no es el propósito de la musicoterapia. Nuestra pretensión es la de estimular la expresión y la comunicación de los individuos entre sí, desarrollar capacidades cognitivas (como la atención y la memoria), reforzar la propia identidad, el esquema que uno tiene del propio cuerpo y su orientación en el espacio (con el movimiento, la danza); prodigar distintas habilidades motrices, cognitivas y emocionales, promover la interacción entre las personas.

¿Qué aprendió en África?

Vengo de un encuentro internacional de musicoterapia comunitaria en la Universidad de Pretoria (Suráfrica) y una investigadora local me habló de un trabajo con niños de 10 años. En las clases de la escuela convivían niños y niñas de distintas etnias y, al preparar un baile de fin de curso parecía difícil unificar el estilo musical que ese baile debería tener. Espontáneamente, los niños plantearon bailar músicas de etnias contrarias a la suya; como si intercambiaran sus zapatos, cada uno bailaba los ritmos característicos de la etnia del compañero, desde tonalidades de raíz folclórica a música rap.

La música forma parte de la vida cotidiana.

La música reduce conductas disociativas o perturbadoras, y mejora las habilidades de socialización
En África aprendí que la música sucede en todas partes: taxis, mercados, curaciones y plegarias; experiencias en contextos urbanos y rurales, de día y de noche, por luna llena y a pleno sol. Comprendí que si la musicoterapia no es capaz de globalizarse corre el riesgo de fracasar. Necesita sonar, ser gritada, notada y escuchada; de lo contrario puede quedar inaudible, sin existencia ni ilusión.

Pero la música va muy unida a los orígenes y a la identidad, a la propia cultura...

Muchos pueblos que han padecido opresión y han visto perseguida su cultura han utilizado históricamente su música o sus danzas para reivindicar clandestinamente la identidad. Es algo que, lamentablemente, sigue formando parte de lo cotidiano. Los niños de aquella escuela surafricana, sin embargo, nos enseñan a todos cómo superar una etapa y universalizar unos orígenes que en otro tiempo corrieron la amenaza de desaparecer. ¡Atrevámonos por fin a visitar y aprender la música de los otros! La experiencia musical suele propiciar la cooperación y la integración entre miembros bien distintos de un mismo grupo. Uno de los valores más aceptados de la música es que brinda la oportunidad de compartir una experiencia estética, y el placer estético brinda una oportunidad para enriquecer la vida de la persona.

Las músicas bonitas entristecen; puede, entonces, que estén contraindicadas en la depresión.

Grupos de musicoterapeutas cubanos llevan tiempo trabajado la depresión con canciones nada feas. Explican estos terapeutas que las respuestas afectivas a la música podrían emerger de la activación de mecanismos básicos de percepción y excitación. En sus trabajos se evidencia una reducción de conductas disociativas o perturbadoras, la mejoría del funcionamiento social y de las habilidades de socialización. La música estimula la comunicación y la expresión emocional, algo muy positivo para los estados depresivos. Bailar, por supuesto, también ayuda.

Un estudio ha demostrado que bailar prolonga más la supervivencia de los enfermos cardiovasculares que la mera práctica de ejercicio físico.

No me extraña, y la música tiene tanto de emocional como de mocional (del inglés motion, movimiento, baile). La respuesta emocional a la música es probablemente una de las características más importantes para su uso en un contexto terapéutico de salud mental. La musicoterapia se ha empleado con éxito en pacientes psiquiátricos tanto adolescentes como adultos, observando resultados muy positivos en individuos con esquizofrenia.

¿Qué más puede curarse con música?

El insomnio. Hay musicoterapeutas que se sirven de selecciones musicales con un contenido relajante seleccionado especialmente o confeccionado para conseguir que el paciente duerma. La aplicación de fragmentos melódicos de ritmo muy lento o casi imperceptible, con espacios de repetición y concurso de instrumentos de cuerda o elementos naturales (como pájaros, agua, lluvia y olas de mar, entre otros) da muy buenos resultados en pacientes insomnes.

Y en centros hospitalarios, ¿se ha probado?

Si, y hay hospitales que han obtenido resultados muy buenos en los pacientes anestesiados para cirugía con selecciones musicales ideadas por musicoterapeutas para distraer, tranquilizar, relajar profundamente y reconfortar al enfermo intervenido. El ritmo da al baile la organización, la energía y la estructura interna que permiten que sea una experiencia de participación en grupo. Se trata de una experiencia de la que pueden participar personas de diferentes niveles sociales y con distintas características de funcionamiento psicológico. La experiencia puede ser desde muy sencilla hasta muy compleja y se puede adaptar a las necesidades de cada persona.

SOCIALIZAR CON MÚSICA
La esquizofrenia es un trastorno mental incapacitante en el ámbito social y laboral. El tratamiento farmacológico suele ser la base de la intervención terapéutica con este tipo de pacientes; pero no es menos cierto que el funcionamiento psicosocial y general suele mejorar de manera significativa cuando el tratamiento farmacológico se combina con tratamientos psicológicos y psicosociales del tipo de la musicoterapia. Conducidas por un musicoterapeuta, hay sesiones musicales en las que el paciente escucha o interpreta música con la finalidad de lograr cambios tan deseados como mejorar la comprensión de sí mismo y del mundo que le rodea, logrando una mejor adaptación a la sociedad.

Por sus características, la música es una forma de comunicación no verbal que, en el contexto terapéutico, permite trabajar con diferentes tipos de pacientes y, al mismo tiempo, expresar emociones a través de estructuras musicales. En este marco, la música permite la expresión de emociones más intensas y más diversas de manera socialmente aceptable y propicia una forma de expresión emocional que los pacientes suelen no tener o no han encontrado viable. Por otro lado, ayuda a expresar ideas y emociones que no se pueden manifestar a través de un lenguaje verbal convencional.

Una vez que la persona se ha involucrado en el quehacer musical, sostienen los musicoterapeutas, su conducta se orienta a dicha realidad. La relación con la música también requiere respuestas a los estímulos auditivos, a los instrumentos, a las instrucciones del terapeuta y a la participación de los demás, todo lo cual implica un contacto intenso con la realidad.

martes, 27 de septiembre de 2011

Musicoterapia contra la depresión


Investigadores de Finlandia aseguran, que la musicoterapia podría utilizarse para mejorar un tratamiento de depresión, beneficiándose la persona de las cualidades de esta terapia, en un plazo corto de tiempo.

El paciente y el musicoterapeuta utilizarían una comunicación no verbal, para ayudar así a que fluyan las emociones del paciente, y pueda expresarse, relacionarse y comunicarse de una forma más relajada, mediante la música.

El musicoterapeuta emplea la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía), para poder satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas del paciente, con el fin de lograr una mejor integración intra o interpersonal, y mejorar así su calidad de vida.

Un estudio realizado a 79 personas con depresión, y publicado en el British Journal of Psychiatry, mostró que los pacientes que siguieron la terapia con musicoterapia mejoraron más que los pacientes que siguieron una terapia estándar.

Expertos aseguran que la música puede conseguir efectos en las personas, que las palabras no pueden.

Y es que ya lo decía el compositor estadounidense Leonard Bernstein: "La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido".

martes, 6 de septiembre de 2011

Tratan con ejercicios y música a bebés con parálisis cerebral


Junto con la terapia Katona se utiliza un programa de musicoterapia con obras de Vivaldi, Mozart, Beethoven, Berlioz, Chopin, Dvorak, Debussy, Cri-Cri.

México, DF.- Como coadyuvante en el tratamiento de la parálisis cerebral, un programa de musicoterapia, junto con los ejercicios físicos aglutinados bajo el nombre de terapia Katona, da buenos resultados si se aplica desde los primeros días de vida de un recién nacido afectado.

En esencia, la música está conformada por ondas sonoras armónicas que viajan en el aire y llegan a nosotros, que las procesamos a través del oído.

Si tocamos una nota en un piano, por ejemplo, y a un lado hay una guitarra, la vibración hará resonar la cuerda correspondiente a la nota ejecutada en el primer instrumento.

“Trabajamos a partir de la resonancia, con la que obtenemos los beneficios que la música nos ofrece.

Cualquier música nos estimula de muchas maneras, pero no cualquier música, en cualquier momento, es curativa.

Para estos niños con daño cerebral hemos utilizado algunas obras de Vivaldi, Mozart, Beethoven, Berlioz, Chopin, Dvorak, Debussy y Francisco Gabilondo Soler (Cri-Cri), entre otros compositores.

Con la colaboración constante de sus padres, la terapia Katona y la música hemos logrado que esos niños hagan contacto visual y sostengan la mirada.

Este sólo es un logro entre muchos otros que se van obteniendo poco a poco y con constancia”, dice Alicia Migoni, del departamento de Psicología Clínica y de la Salud, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

La música fue utilizada para observar qué tanto influía en el proceso neurohabilitatorio junto con la terapia Katona, cuya efectividad ha sido demostrada en México por la doctora Thalía Harmony Baillet, directora de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, del Instituto de Neurobiología, campus Juriquilla, también de la UNAM.

La frecuencia del corazón Cuando un bebé está muy inquieto o angustiado, y la mamá lo abraza y recuesta sobre su pecho izquierdo, se calma al sentir y escuchar la frecuencia del corazón de ella, junto con el tono y la frecuencia apacible de su voz.

Luego de recibir a los neonatos en el consultorio de musicoterapia, se les aplicaba un reconocimiento sensoriomotor para conocer sus limitaciones o afectaciones, y sus áreas libres o sanas, y así confirmar, sobre todo, la recepción de sonido musical, ya que hay niños hipersensibles auditivamente y otros con hipoacusias uni o bilaterales.

“En el consultorio había material electrónico y sonoro especializado para la atención fina y meticulosa de los pequeños, así como instrumentos musicales acordes a su tamaño, necesidades y habilidades, como sonajas, panderos y cascabeles, entre otras percusiones, principalmente”, señala Migoni.

Ejercicios La académica universitaria se acercó a la doctora Harmony Baillet para invitarla a dirigir su doctorado en Rehabilitación Psicológica con música de personas con amputaciones por accidente.

La doctora Harmony Baillet le contestó que no era su línea de investigación, pero que si quería trabajar con recién nacidos la aceptaría en su equipo.

“En las personas amputadas hay una gran agresividad contenida por las discriminaciones y los rechazos sociales que sufren, por las grandes problemáticas emocionales y físicas que tienen y por la pérdida del trabajo y de su estilo de vida anterior al accidente.

Trabajar con recién nacidos con daño cerebral era un cambio radical, y acepté. Durante un año sabático apliqué musicoterapia a los neonatos que me canalizaban.

En ese tiempo tuve todo el apoyo de la doctora Harmony Baillet.” La neurohabilitación o terapia Katona está integrada por una serie de ejercicios que estimulan el sistema nervioso central.

Por ejemplo, el terapeuta estimula al bebé acostado, poniendo sus dedos índices sobre las palmas de las manos de éste que, en automático, cerrará sus manitas.

Entonces, aquél lo llevará poco a poco hasta que se siente y enderece su cabeza. El niño sin problemas neurológicos buscará la mirada del especialista; el niño con problemas neurológicos, no. Otro ejercicio consiste en sentar al bebé sobre las palmas de la mano del terapeuta.

Entonces erguirá su columna vertebral poco a poco, hasta quedar derechito, bien sentado, durante algunos segundos.

Este patrón de ejercicios dura, en promedio, 40 minutos, por lo que puede ser agotador sobre todo para el niño, pero también para los padres, porque debe repetirse cuatro veces al día todos los días de la semana.

Al ser acompañado con música del programa de musicoterapia, el niño lo lleva a cabo con llanto al inicio y con agrado cuando se hace cotidiano.

Una vez que llega a su fin se pasa a la estimulación musicoterapéutica en pleno (jugar, cantar, bailar).

En la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, la doctora Harmony Baillet cuenta con un excelente equipo multidisciplinario: neuropediatras, psicólogos, especialistas en audición.

La terapéutica de Harmony Baillet llega a tener aproximadamente el 80% de éxito (hay niños que se recuperan al 100%; otros, parcialmente).

Carrera contra el tiempo Lo más recomendable es dar inicio al tratamiento neurohabilitatorio en la etapa de mayor plasticidad neuronal: el primer año de vida, y, si es posible, una vez detectada la problemática y el pronóstico médico, desde los primeros días de vida, pues con el paso del tiempo dicha plasticidad disminuye y el daño cerebral aumenta hasta volverse prácticamente irreversible.

“Con esta terapia se le ayuda al sistema nervioso central dañado a encontrar y restablecer sus patrones de desarrollo normal”, afirma Migoni.

Documenta el éxito Los resultados de la investigación con la música fueron documentados por Migoni.

“En algunos carteles mostramos los logros con un niño cuya madre fue la única que se involucró 100% durante todo el estudio.

Ella tiene un hermano con el mismo problema que su hijo: daño cerebral. Como no quería que su hijo padeciera lo mismo que su hermano, decidió comprometerse con todo en el estudio”, dice la académica.

La madre y el niño llegaron a la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, del Instituto de Neurobiología, campus Juriquilla, el 22 de diciembre de 2005, pero su tratamiento con musicoterapia no se inició sino hasta enero del siguiente año.

El primer estudio de resonancia magnética -del 3 de enero- reportó, entre otros detalles, que el ventrículo cerebral derecho tenía un volumen de 1.6 mililitros; el izquierdo, de 1.49 ml; y el cuerpo calloso, de .31 ml.

Estos valores indicaban que eran muy pequeños. La madre tuvo problemas de infección cérvico-vaginal durante todo el embarazo y el niño fue prematuro (con 33 semanas de gestación) y presentó asfixia perinatal, enema cerebral y neumonía.

En el último reporte -del 29 de mayo de 2006- se encontró que el ventrículo lateral derecho tenia un volumen de 2.95 ml; y el izquierdo, uno de 2.93 ml; o sea, ambos aumentaron sus dimensiones.

El cuerpo calloso mostró un volumen de 3.77 ml.; es decir, llegó a su tamaño normal, de acuerdo con la edad del niño.

“Este trabajo es un estudio piloto y nos marca pautas de que sí podemos utilizar la música en el tratamiento de lesiones cerebrales y obtener resultados innovadores: reestructuraciones cerebrales.

Con todo, es importante seguir trabajando en la misma línea para confirmar y repetir estos hallazgos”, finaliza la experta de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Fuente: www.elporvenir.com.mx

martes, 23 de agosto de 2011

Musicoterapia aliviaría la ansiedad en pacientes con cáncer


NUEVA YORK. La musicoterapia ayudaría a reducir la ansiedad y mejorar el humor de los pacientes con cáncer, indicó un estudio en base a 30 test previos publicados en Cochrane Library que observó los efectos en casi 2.000 enfermos

La evaluación no determinó diferencias sobre escuchar discos pregrabados en las consultas médicas o asistir a sesiones con un musicoterapeuta. Comparados con los pacientes que recibieron tratamiento oncológico estándar, la información combinada de los estudios, revisados por la terapeuta en artes creativas Joke Bradt de la Drexel University en Filadelfia, sugirió que incluir música en la terapia bajaba la ansiedad y el dolor y mejoraba el humor.

Asimismo, las pulsaciones eran más lentas, con alrededor de cuatro menos por minuto, en promedio.

"Las intervenciones musicales tendrían efectos beneficiosos sobre la ansiedad, el dolor, el humor y la calidad de vida de las personas con cáncer", escribieron Bradt y sus colegas. "Además, la música tendría un pequeño efecto sobre la tasa cardíaca, la tasa respiratoria y la presión sanguínea", agregaron.

No obstante, no se registró efecto alguno sobre cómo los pacientes evaluaban su nivel de depresión o fatiga, probablemente porque la mayoría de los estudios sólo analizó el efecto de escuchar música en el hospital durante una sola sesión, y no brindaron a los pacientes muchas opciones sobre el tipo de música que escuchaban, señaló Bradt.

"Si alguien realmente está deprimido, una sesión de terapia musical no va a revertirlo", explicó la experta.

Mientras que no hubo datos suficientes para determinar si la musicoterapia ayudaba a los pacientes más que escuchar discos, Bradt indicó que sospecha que la asistencia de un musicoterapeuta es lo mejor porque con su ayuda los pacientes suelen generar música cantando o tocando instrumentos. Los terapeutas también pueden diseñar un programa de tratamiento para cada paciente en particular, añadió.

"El paciente puede volverse un participante activo. Puede ser realmente alentador y puede ayudar a los pacientes a sentir que controlan más la situación", dijo Bradt. Es difícil comparar objetivamente la ansiedad y depresión en pacientes que reciben musicoterapia y aquellos que no hacen ningún tratamiento adicional, señaló el equipo, dado que si los pacientes creen que la musicoterapia los ayudará podrían sentirse mejor sólo por esa dosis extra de optimismo y expectativa, y no por efecto de la terapia en sí.

Pero Bradt señaló que pese a eso, los efectos positivos del tratamiento musical, especialmente con un musicoterapeuta entrenado, deberían tomarse seriamente. La musicoterapeuta Debra Burns, de la Indiana University-Purdue University Indianapolis, dijo que los terapeutas pueden ayudar especialmente a los pacientes a relajarse durante los tratamientos estresantes y procesar la tensión.


Fuente: Digital ABC

martes, 9 de agosto de 2011

La tecnología que cura.


Artículo publicado por Martina Rua para la revista LA NACION del 7 de agosto 2011.

¿Cuántas vidas se pueden transformar con dispositivos tan sencillos como una consola de videojuegos, diminutos implantes o sistemas informáticos con escasos requerimientos de hardware? Como demuestra esta nota, muchas, y de la mejor manera.

Haga la prueba. Pregúntele a la persona que tenga más cerca qué es lo primero que le viene a la cabeza si piensa en la palabra tecnología. Es probable que algunas de las respuestas sean: celulares, LCD, Internet, velocidad, iPad. Y hasta puede llegar a escuchar ocurrencias como Japón o Star Wars. Pero muy distinta será la respuesta si el que contesta es una persona tetrapléjica que usa su mirada para escribir en una computadora, o un niño de 4 años sordo con implantes que le posibilitan la audición, o un abuelo que le da pelea al Parkinson jugando con consolas de videojuegos. Para ellos la tecnología significa una herramienta imprescindible, una aliada para la vida.

No importa realmente la complejidad del aparato en cuestión. De hecho, una simple conexión a Internet puede devolverle las ganas de salir adelante a una persona mayor que atraviesa una depresión por la pérdida de su compañero de toda la vida, como le pasó a Lucía Martinak (69), que hoy comparte sus días con decenas de amigos que conoció a través de las redes sociales, con los que intercambia experiencias y compañía. En tiempos en los que el uso exacerbado de las herramientas tecnológicas divide a las personas entre detractores y heavy users, una mirada sobre la implementación creativa y puesta al servicio de la salud rescata la faz más benévola del avance científico y tecnológico.

SONIDOS UTILES
Milos y Mateo Casin son mellizos de 4 años. Ellos nacieron de una pareja de padres sordos, Florencia (31) y Eloy (39). Si bien transitaron su primer año de vida oyendo con normalidad, comenzaron a perder paulatinamente la audición hasta alcanzar una hipoacusia profunda. Sus padres no dudaron en recurrir a los implantes cocleares que les posibilitaron a sus bebes aprender a hablar y a escuchar a la misma edad que el resto de los niños. "Luego de negarme varias veces en la adolescencia, a los 27 años, y cuando los mellis ya tenían 8 meses, me animé al primer implante. Recién ahí me enteré de que la respiración de un hijo tenía sonido y fue algo maravilloso. Mi experiencia fue tan satisfactoria que cuando los chicos perdieron la audición fue la decisión obvia", recuerda Florencia que hoy cuenta con implantes en ambos oídos. Su esposo, con quien vive desde hace 14 años, es sordo total de un oído y tiene una hipoacusia en el oído derecho, donde usa un audífono.

¿Qué es un implante coclear (IC)? Una tecnología que permite a niños y adultos con hipoacusia oír, pero no aumentando el volumen de los sonidos, sino creando una nueva manera de oír distinta de la que gozamos las personas con audición normal. Consta de unos micrófonos diminutos que captan los sonidos y transmiten sus vibraciones a un procesador de lenguaje que luego las transmite al nervio auditivo como señales electrónicas. Tiene una parte interna (va dentro de la cabeza) y otra que se coloca sobre el cuero cabelludo con un imán y se sostiene desde la oreja. El costo de cada uno de los IC alcanza los 20.000 dólares en promedio. En la Argentina están incluidos en el Programa Médico Obligatorio para personas sordas. No con poca burocracia, la familia Casin consiguió 6 implantes hasta ahora y estudian la posibilidad de uno nuevo para Eloy, el papá de la familia.

"Si me saco los implantes, no escucho. Me los saco para bañarme porque si no se arruinan. Y a la noche, para dormir", cuenta Mateo mientras Milos lo interrumpe, "Yo la llamo a mi mamá todas las noches para que me ponga los implantes. No quiero que me los saque para dormir porque no escucho nada". Los mellizos son muy elocuentes y charlatanes. Discuten, hacen chistes y opinan sobre cada palabra que dicen sus papás.

Mateo tiene un implante coclear bilateral colocado al año de edad. Milos, un implante en el oído izquierdo y un potente audífono en el derecho. "Los chicos tienen casi cinco y están tremendamente inteligentes, con un lenguaje muy vasto. Pueden hacer lo que sea a través de él: chistes, manipulaciones, negociar, fabular. Comprenden el inglés y extracurricularmente van a música, pintura y fútbol. Nadie puede creer que sean niños con hipoacusia profunda y que esta tecnología (junto con la terapia auditiva verbal y la intervención familiar) les permita un desarrollo pleno de su potencial", cuenta orgullosa su mamá. La única limitación que se les presenta es nadar con los procesadores, aunque, según cuenta Florencia, no falta mucho para que lleguen los implantes sumergibles. Los niños, como suele ocurrir, lo toman como algo muy natural.

En la actualidad, Florencia se dedica a la difusión de los beneficios de estas tecnologías para personas con hipoacusia (en la Argentina hay más de 1,5 millones. "Desde hace poco distingo las voces de mis hijos sin necesidad de mirar para saber quién es el que está hablando", festeja. Este año comenzó a cursar Fonoaudiología, luego de un coloquio con la decana y el director de la carrera. Los directivos hicieron una excepción para aceptar a una persona con hipoacusia, ya que se trata de una carrera destinada sólo a personas con audición normal. "Escuchar en estéreo es sentir que el mundo sonoro entra por todos los sentidos", se emociona la mamá mientras los mellizos hablan y cantan con oídos que aprendieron a escuchar de una nueva forma. En el caso de la familia Casin los implantes de alta tecnología llegaron para paliar una discapacidad auditiva hereditaria. Pero, a veces, la discapacidad puede llegar en un momento determinado de la vida y de manera inesperada. Allí también el avance tecnológico dará respuesta.

BOWLING VIRTUAL CONTRA EL PARKINSON
Fanático de Vélez, Oscar Nabel (68) le pide al terapeuta que lo acompaña que abra las cortinas de la habitación del Centro de Excelencia para Mayores Hirsch, en donde vive desde 2005. Se despliegan las cortinas y asoma planchada la bandera azul y blanca con la "V" que adorna una ventana con vista a un jardín. "Me caía mucho en mi casa y por eso vine a vivir aquí", se presenta Oscar desde su silla de ruedas. De profesión homeópata, es un paciente con Parkinson avanzado que ocupa una de las 200 habitaciones de este centro situado en el corazón del partido de San Miguel.

Desde que ingresó al centro para adultos hace más de 6 años, tiene una rutina de rehabilitación diaria. El año pasado hubo un cambio que tiñó las tardes de gimnasio en algo más parecido a una reunión de adolescentes que a una sala de rehabilitación. El director de la clínica lo esperaba sin poleas ni pelotitas que apretar. En frente de él había una consola de videojuegos. No con cualquier consola, sino con una que capta los movimientos y no precisa joysticks para ser utilizada. Sólo necesita el cuerpo y las ganas de los jugadores, el movimiento de sus brazos, cabezas y piernas. "Hay ocasiones en las que un momento lúdico puede ser el puntapié inicial de una terapia poco convencional, muy efectiva y, sobre todas las cosas, divertida para el paciente. Incorporamos la tecnología de juegos a la rehabilitación porque permite mejorar la función motora. El trabajo con estos instrumentos hace que los pacientes se enganchen con la rehabilitación, en contraposición con el formato tradicional de ejercicios repetitivos y a veces tediosos que no generan gran adhesión", explica el Dr. Moisés Schapira, director médico de Hirsch.

"No soy un fanático de los videojuegos, pero juego al bowling virtual para interactuar con gente más joven que viene a rehabilitación. Me divierte competir con ellos", se confiesa Nabel.

La consola de videojuegos que usan en el Centro Hirsch es la Wii, mediante la cual pacientes con problemas motrices y cognitivos pueden recuperar funciones perdidas haciendo ejercicios con programas de realidad virtual. Principalmente se eligen juegos de deportes como el box, el tenis, el bowling, el golf y el básquet. Estos permiten, según explica Schapira, que los especialistas trabajen con pacientes que padecen secuelas que afectan el normal funcionamiento del cerebro, el sistema nervioso o los músculos. Además de fomentar la camaradería entre los pacientes, lo que los motiva mucho más que un ejercicio repetitivo y solitario.

Las enfermeras que cuidan a Oscar aseguran que es uno de los pacientes más visitados. Las fotos pegadas en la puerta de su cuarto son la evidencia. Sus hijos y nietos se turnan para que todos los fines de semana está acompañado. Todas las semanas se encuentra vía Skype (videollamada a través de Internet) con una de sus hijas que vive en China. El cuarto de Nabel es un santuario viviente de sus años como homeópata. Muestra orgulloso los recortes de diarios enmarcados en la pared con notas que lo mencionan y un libro de su autoría que recoge distintas historias de personas a las que ayudó. "Todavía no dije nada sustancioso", se queja hacia el fin de la charla con LNR. Entonces, con mucho esfuerzo se levanta de su silla, acerca su libro y sólo queda conforme cuando lee en voz alta algunas de las anécdotas allí plasmadas.

UN PROGRAMA DE SOFTWARE, UNA PC Y TODA LA VOLUNTAD
Ya pasaron cuatro años del robo violento que dejó tetrapléjico al diputado nacional Jorge Rivas (49); sin embargo, desde el 20 de mayo de 2009 volvió a ejercer su labor legislativa gracias a su ímpetu y una lograda combinación de tecnologías. La noche del ataque, Rivas había bajado de su coche a comprar medicamentos en una farmacia cuando fue interceptado por dos delincuentes para robarle su automóvil. Recibió un fuerte golpe en la cara, que le produjo la fractura de un maxilar y un derrame cerebral que lo dejó en coma. Las secuelas del desafortunado incidente dejaron al diputado nacional inmóvil. En el marco de la rehabilitación, un amigo creó un sistema informático para que pudiera comunicarse sin mover el cuerpo o utilizar la voz.

El mecanismo interpreta el movimiento de su cabeza, mueve el cursor en la pantalla con su mirada y selecciona de un teclado virtual las letras en la pantalla. También puede elegir la opción "leer" y la computadora reproduce lo escrito para que sea oído por los que estén en ese momento.

Animarse. La relación de Jorge Rivas con la tecnología era nula antes de sufrir el ataque. Por eso no deja de asombrar el detallismo con el que escribe. Con la mirada y apenas un dedo que hace clic como únicas herramientas. No ahorra letras ni puntuación, y se esmera en cada una de las oraciones. No importa si son largas -escribir un párrafo de cuatro renglones le lleva varios minutos-, no importa si se podrían resumir en palabras simples. El ex vicejefe de Gabinete del gobierno de Néstor Kirchner es un apasionado de sus ideas y quiere que se reciban con la misma intensidad con la que las piensa.

Dentro de sus maestros techies están sus hijos Pilar (9) y Sebastián (12). "Lo toman de manera natural y aunque no lo creas me enseñan mucho. El avance tecnológico tiene mucho para aportarnos, para mejorar nuestra calidad de vida. Es una preocupación que tengo desde siempre: cómo poner la ciencia al servicio del hombre y por supuesto voy a trabajar legislativamente en ello", escribió Rivas con su mirada, un leve bamboleo de su cabeza y algunos clics con un dedo para elegir la puntuación.

El sistema que usa se llama HADA y se compone de tres módulos: el que hace el seguimiento facial, que proviene de una universidad en Budapest; otro, desarrollado por un joven catalán, que se encarga de administrar los teclados virtuales, y el sintetizador de voz, que fue tomado del software libre. El clic puede hacerse dejando la mirada fija en un punto o mediante el movimiento de algún músculo, como es el caso de Rivas, que puede mover su dedo índice. Desde que se dio a conocer este caso, más de 1000 personas de todo el mundo descargaron de la Web, de manera gratuita, el software que funciona hasta en una netbook que posea cámara web.

Este año, además de seguir con la terapia motriz, Rivas está trabajando mucho con el habla, ya que, según sus médicos, tiene las cuerdas vocales en perfecto estado. Mientras tanto, ya tiene decidido cuáles serán las primeras palabras que pronunciará cuando llegue ese momento: "Me encantaría decir el nombre de mis hijos para poder llamarlos", escribe con la mirada sobre el monitor, antes de hacer clic y dejar que la computadora lo diga en voz alta por él.

Una consola de videojuego, una historia; implantes que crean un modo distinto de oír, historia doble. Un sistema que permite continuar intelectual y emocionalmente conectado con el mundo, otra más. ¿Cuántas miles de vidas transformadas nos quedan por descubrir detrás del uso de cada tecnología con la que convivimos a diario?.

revista@lanacion.com.ar

jueves, 14 de abril de 2011

La música triste ayuda a ralentizar el Alzheimer


La música triste estimula el cerebro en los pacientes que sufren Alzhéimer u otras demencias, según un trabajo de investigación realizado por científicos del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Salamanca en el Centro Nacional de Referencia del Alzhéimer de Salamanca.

Esa es una de las conclusiones que presenta la nueva terapia no farmacológica realizada por estos científicos para ralentizar el desarrollo de esta grave enfermedad dentro del Programa de Actuación Cognitiva Integral en Demencias, que ha sido ensayado durante los dos últimos años por profesionales del Instituto de Neurociencias en dicho centro.

La propuesta realizada por los científicos salmantinos consiste en una terapia multifuncional cognitiva que pretende estimular la llamada plasticidad central haciendo hincapié en aspectos básicos como la atención o las emociones.

De las terapias realizadas, la que mejor resultado ha dado ha sido la de estimulación de la memoria autobiográfica mediante música. El director del proyecto Juan José García Meilán, ha explicado que "hemos comprobado que la música es eficaz para estimular los recuerdos, sobre todo las músicas tristes".

La música también ha funcionado muy bien en otra terapia, de estimulación sensorial, auditiva y visual, que consiste en hacer escuchar al paciente ritmos repetitivos, de Vivaldi o Mozart, que obligan al cerebro a aprenderlos.

También han creado un ejercicio de retroalimentación cerebral, que consiste en mover elementos de un ordenador gracias al mantenimiento de la atención, mientras que otro de los ejercicios propuestos está vinculado con la estimulación aeróbica mediante pequeños ejercicios físicos para oxigenar el cerebro.

El programa es resultado del trabajo de 10 personas durante dos años con unos 35 pacientes de entre 60 y 80 años, según explicó Juan José García Meilán, miembro del Grupo de Investigación en Neuropsicología Cognitiva de la Universidad de Salamanca.

El director del Instituto de Neurociencias, Miguel Ángel Merchán, destacó el trabajo realizado por los científicos porque "si conseguimos retrasar unos años los efectos del alzhéimer sería un avance enorme y eso pasa por dos aspectos, un diagnóstico precoz y un retraso en la evolución de los síntomas y, precisamente, este segundo punto es el que objeto de este programa de intervención".

Fuente: www.elmundo.es