lunes, 5 de abril de 2010

Aseguran en Israel que es bueno escuchar Mozart para los bebés prematuros


Itongadol.- . Los médicos del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv midieron el gasto de energía de 20 infantes nacidos antes de término mientras escuchaban a Mozart en su incubadora. Compararon esa cifra con la de la cantidad de energía consumida sin música. No hicieron la prueba con un grupo de control para medir la energía usada por los bebés que no escucharon a Mozart.



Un grupo de médicos israelíes se zambulló en un debate de larga motivado por un pequeño estudio que encontró que, los tranquilizadores sonidos del compositor del siglo XVIII, pueden ayudar a los bebés prematuros a crecer más rápidamente. Los médicos del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv midieron el gasto de energía de 20 infantes nacidos antes de término mientras escuchaban a Mozart en su incubadora. Compararon esa cifra con la de la cantidad de energía consumida sin música. No hicieron la prueba con un grupo de control para medir la energía usada por los bebés que no escucharon a Mozart.
Entre los bebés del estudio, los resultados mostraron que Mozart disminuyó la cantidad de energía consumida aumentando su peso más con más rapidez. “Mientras escuchan esa música, un bebé puede tener un gasto de energía menor y esto da esperanzas de que ganará mas peso que sin la música”, dijo la Dra. Ronit Lubetzky, una de las principales investigadoras del estudio publicado en la actual edición de la revista médica Pediatrics. El punto de partida fue un controversial estudio (1993) que mostraba que estudiantes mejoraban sus IQ escuchando sonatas de Mozart durante 10 minutos. Esos descubrimientos desataron una locura que vio un tropel de padres comprando CD´s de Mozart en un deseo por estimular la capacidad cerebral de sus hijos.
Estudios posteriores desafiaron lo que se conoció como efecto Mozart, diciendo que la música clásica no puede incrementar la inteligencia básica entre niños o adultos. El efecto positivo de la música de Mozart es lo que llevó a los investigadores israelíes al tema. En su artículo, señalan que la repetición de la melodía de Mozart, resuena en una parte en particular del cerebro, siendo menos frecuente entre otros compositores clásicos y puede explicar los beneficios potenciales derivados de su música.

A cada uno de los 20 bebés se les hizo escuchar Mozart durante 30 minutos, y la cantidad de energía que consumieron fue medida. Al día siguiente, el gasto de energía de los mismos 20 bebés fue observada, pero sin la música. Con Mozart, el uso de energía se redujo en, al menos, 10% por bebé. Los datos de dos de los infantes no fueron contabilizados debido a variaciones no relacionadas que podrían haber sesgado los resultados.
El estudio no midió la ganancia de peso y solo especuló que sus hallazgos podrían trasladarse a un aumento más rápido de peso. Lubetzky dijo que las razones por las cuales los bebés usaron menos energía (mientras escuchaban a Mozart) no están claras, pero “parecía haberlos relajado”. “Estaban más tranquilos mientras escuchan la música, o podrían tener menos hormonas de estrés. Todas esas cosas se traducen en que tienen un rango cardíaco y respiratorio más bajo lo cual significa que ellos gastaron menos energía”. Una investigación previa, estudiando el efecto de la música en bebés prematuros, fue conducida usando otros sonidos, incluyendo música en vivo y arpas. Pero este estudio es único porque es el primero en haber cuantificado la cantidad de energía gastada mientras se escuchaba la música, dijo un neonatólogo.
El Dr. Arthur Eidelman, retirado ex director de pediatría en el Hospital Shaare Zedek de Jerusalén, que no participó en la investigación, alabó el nuevo estudio pero no le dio el crédito a Mozart por los resultados positivos. “Lo que es único en Mozart es que es rítmico. Su rango del nivel de decibeles es mínimo”, dijo Eidelman. “Uno casi podría establecer el caso que la música apropiada de rap podría hacer la misma cosa si está dentro del rango correcto de volumen”.
Lubetzky y los otros investigadores planean conducir estudios similares en los próximos meses, probando los efectos de otros géneros de música (desde música étnica hasta pop israelí) en bebés prematuros.

(Traducción por el Consulado General de Israel en Guayaquil)
Cidipal


Fuente: www.itongadol.com.ar

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