miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Qué es la musicoterapia?


La musicoterapia es la disciplina que se basa en las potencialidades terapéuticas de las experiencias musicales. Ésta puede aplicarse tanto en las áreas de prevención como de atención y rehabilitación de la salud. La música no cura, pero sí ayuda a estimular la percepción, la motricidad y la creatividad. No suplanta los tratamientos médicos, pero es muy provechosa en el acompañamiento de los mismos y en el cambio de actitud hacia los diagnósticos negativos y las intervenciones riesgosas.

En definitiva, por lo general ayuda a mejorar la calidad de vida y los procesos de comunicación de las personas. Según Gabriel Federico (licenciado en musicoterapia y experto en la materia) en una entrevista para CILSA, la potencialidad de la musica es que “como expresión del arte, permite bucear en las profundidades del ser humano”.

En esta misma entrevista, G.Federico explicaba el por qué de la relación entre música y salud. Y es que desde hace más de cincuenta años, la musicoterapia es estudiada por científicos que dan cuenta del impacto que tiene en los seres humanos; no sólo a nivel biológico, sino físico, químico y motivacional.

Este impacto puede ser medido a partir de diferentes aspectos, como la frecuencia cardíaca y respiratoria, la activación de reflejos, el aumento de los niveles de saturación de oxígeno, la activación muscular y las respuestas neurológicas específicas en diferentes áreas del cerebro, entre otras posibilidades. Por lo tanto, si consideramos todas estas cuestiones médicas sumadas a las herramientas terapéuticas existentes, nos encontraremos con una disciplina muy solvente para ayudar.

La música es un lenguaje esencialmente abstracto. No nos dice las cosas de forma directa y, además, es difícil hablar de ella. Pero, quizás por lo mismo, es el lenguaje más universal de todos. Todas las culturas, de todas las épocas, tienen su música y todos, de alguna manera, tenemos a lo largo de nuestra vida alguna experiencia musical. En definitiva, la música se vincula a nuestras emociones y nuestro ser interno de una forma muy estrecha, y es por eso que se utiliza con fines terapéuticos desde hace más de 50 años.

Para entender mejor la musicoterapia, queremos reflejar otra entrevista que se realizó a G. Federico y en la cuál éste explicaba algunos de los principales secretos de esta ciencia.

¿Cómo trabaja un musicoterapeuta?

A partir de un diagnóstico, diseña un tratamiento que lo puede llevar a crear música, inventar instrumentos, introducir danzas, cantos. A las 18 semanas de embarazo, el bebé ya percibe sonidos, y entre las tareas del musicoterapeuta figura encontrar la música adecuada para estimular a un bebé aun antes de nacer. Pero en los casos difíciles, como un niño con parálisis cerebral, el musicoterapeuta trabaja siempre como parte de un equipo que puede incluir psicólogos, médicos, kinesiólogos, etcétera.

¿Y en el caso de un embarazo?

El primer paso es un diálogo con la paciente para evaluar el problema. Hay preguntas clave como: ¿Cuál es la versión que tiene usted de su propio nacimiento? Una paciente recordó que, desde siempre, su madre le contaba que su parto había sido dolorosísimo y que por eso había resuelto no tener más hijos. Eso la marcó. En un embarazo hay tres involucrados: la mamá, el papá y el bebé. Los casos varían: a veces se trata de padres que no lo viven bien por tratarse de embarazos no deseados. Otras, de embarazos muy esperados que llegan tras años de tratamientos y frustraciones.

¿Ejemplos de tratamientos?

Tomemos el caso de un niño de 8 años que tenía una conducta especial con su madre. Ignoraban qué le pasaba y no daba pistas. Le ofrecimos instrumentos para que eligiera uno y lo tocara. Eligió un tambor y comenzó a hacer redobles con los palillos, pero poco a poco la intensidad fue en aumento y los golpes se hicieron cada vez más fuertes, hasta que dejó de tocar y empezó a darle puñetazos y puntapiés al tambor. Finalmente, lo arrojó al fondo de la sala de música. Cuando se serenó y hablamos, dijo que había estado componiendo una canción para su mamá. El análisis reveló miedo e ira reprimida, los padres estaban a punto de separarse y la tensión en la casa era muy grande. Además, la madre tenía una suerte de doble discurso con su hijo: sus palabras eran cariñosas, pero sus actitudes demostraban resentimiento.

¿Todos necesitan el mismo tipo de música para curarse?

La cultura, la costumbre, lo que pasa en el día, hace que el tipo de música cambie. Se suele pensar que un concierto de Mozart es más curativo que una pieza de rock, pero es relativo. Hay momentos en que necesitamos ritmos que nos movilicen, y ciertas obras con percusión pueden ser lo más adecuado. Pero hay cosas que todavía no sabemos. A veces parece que nuestras células guardaran una información heredada que nos lleva a interesarnos por músicas que disfrutaron antepasados cuya existencia desconocemos. A mí me gusta un tipo de música rusa que aparentemente nada tiene que ver con mis ascendentes. Pero hace poco descubrieron que un antepasado remoto vivió en esa región. Pero la música sola no cura, de lo contrario no existiríamos nosotros, los musicoterapeutas. Patricia Pellizari, psicoanalista y colega, suele decir que la música es el bisturí del musicoterapeuta.

Fuente: www.parabebes.com